La pobreza en los medios, responsabilidad y compromiso

El pasado viernes 14 estuve en las jornadas organizadas por EAPN en Madrid sobre la responsabilidad y compromiso ético de los periodistas entre la pobreza. Una oportunidad magnífica para ver a la siempre demoledora Rosa María Calaf, a periodistas tan interesantes como Alberto Senante, Susana Hidalgo o Nicolás Castellano. Una oportunidad increíble para desvirtualizar a amigos blogueros y tuiteros como Xosé Cuns, Lidia Ucher o María Sande y para ver la estupenda labor que personas como Jonás Candalija y Marcello Ronchi hacen en la EAPN.

Jornada #mediosocialPero basta de créditos y al lío. Lo importante es de que se habló: periodistas y ONG analizaron la responsabilidad de los medios en sensibilidad sobre la desigualdad y provocar el cambio social. Y aquí apareció una parte importante del debate: ¿Pueden sentir los espectadores que con conmocionarse ante las injusticias basta? ¿Se olvidan así de su responsabilidad en las causas y en la solución? Esto pasa por la estética del espectáculos que muchas veces reflejan los corresponsales, el lenguaje visual, los eufemismos, las fuentes, la falta de contexto… Decenas de cosas que podemos ver sin buscar mucho en cualquier información sobre la pobreza.

Unos medios que diferencian entre pobres de aquí y de allí, argumento que acaba sirviendo de excusa para la inacción. Recordemos uno de los fundamentos del periodismo: el bien común. El actual: hacer caja. Calaf proponía el control de la calidad de la información. Que al igual que controlamos que los zapatos cumplan ciertas reglas o el aceite no sea de colza, los diarios y telediarios deberían pasar un mínimo. ¿Y si buscamos aquello que no quieren que veamos? ¿Qué tal visitar una página que te enseña el top 25 de las historias censuradas? Aquí está.

Y las ONG pueden ayudar y mucho en hacer visible esta realidad, ¿Cómo? Muchas se quejaron en las jornadas de acabar siendo meras ‘facilitadoras de testimonios’. Es decir, sólo se ponen en contacto con ellas los medios cuando quieren ‘el retrato’ de la noticia. Pero son mucho más y para eso deberían salir de la isla en la que viven, colaborar entre ellas y perder el miedo a los periodistas. ¡No somos enemigos! Pero para ello también tienen que dejar de competir, de sacar el logo antes que las ideas y de dejar de reclamar solo una parcela para ellas. Se aceptan comentarios de cómo conseguirlo, adelante.

Para conocer más detalles sobre #socialmedia he hecho una crónica para Agareso.

Las medidas «contundentes» de España: retirar la Ayuda al Desarrollo a Argentina

Hoy quería escribir sobre algo positivo, como la campaña Somos Así o el éxito del evento El Mundo en Tu Plaza que se desarrolló ayer en A Coruña. Pero no he podido. Tras un repaso por la prensa digital, he visto una noticia, la he reeleído y he buscado impresiones. A parte del nacionalismo barato de muchos pobres (en los dos sentidos) infelices, no he encontrado poco más. Me refiero al artículo de El Mundo en el que desvelan que España ha sacado a Argentina como receptora de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Lo primero que se te viene a la cabeza y que el periodista anónimo ha reflejado es que hace un mes de la expropiación de YPF por parte del Gobienro de Cristina Fernández.

Debe ser a esto a lo que se refería el Gobierno de Rajoy cuando amenazaba a la presidenta argentina con medidas «claras y contundentes».  Y tanto. Mientras todos pensábamos que era exagerado convocar una reunión de crisis con Exteriores e Industria por la expropiación de una empresa privada internacional como Repsol -con sólo el 25% de su capital a manos de inversores españoles y cuyos beneficios vuelan a paraisos fiscales- y que las represalias vendrían de la diplomacia y las cortes internacionales, el Gobierno español pensaba en el punto más débil de Argentina: los más de ocho millones de personas que viven por debajo de la pobreza.

Según el artículo de El Mundo, el Ministerio de Exteriores defiende que la medida de eliminar las ayudas al país americano estaba tomada antes de la polémica. Algo que podría ser verdad viendo que los fondos de cooperación de los Presupuestos Generales del Estado se han reducido un 54% en sólo un año. Imposible mantener la acción en el exterior de la AECID, de la veintena de ONGD que operan en Argentina y de los casi 90 proyectos de ayuda que se levan a cabo. Ahora le recuerdo sus propias palabras al señor Margallo para recordarle que la política exterior «consiste en la negociación y no en medidas arbitrarias» ante una decisión «discriminatoria».

Aprovecho para invitaros a leer este post sobre la financiación de la AECID a la Fundación Repsol-YPF, de dónde he cogido prestada la imágen.

El medio ambiente y los Objetivos del Milenio

Hace escasas horas, representantes de 130 países se reunían para firmar una nueva declaración de buenas intenciones que se quedaban en eso: intenciones. La diferencia con otras conferencias o reuniones multilterales es que, pese a los intentos, se ha oído las voces discordantes. En concreto, la de Bolivia. Casualmente, cuando el ministro boliviano de Medio Ambiente y de Agua, Felipe Quipse, tomó la palabra para criticar la declaración acordada, la traducción simultánea dejó de oírse.

Los hispanohablantes fueron los únicos que pudieron oír como Quipse denunciaba que ese compromiso de facilitar a la población el acceso al agua potable «por todos los medios apropiados» escondía una intención de abrir la puerta a la privatización de este recurso vital. “Bolivia no va a acompañar esta declaración porque no está de acuerdo con el contenido y como país tampoco hemos sido oídos en las observaciones que hemos realizado”, concluía el ministro boliviano.

Estos hechos me han hecho recordar los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio que la ONU fijó para 2015.  Es fácil imaginar la relación entre tener agua y erradicar la pobreza extrema, mejorar la sanidad de las comunidades deprimidas y la generación de riqueza. Pero muchos consideran un punto menor en el que se encuentra el propósito de acceder al agua potable: séptimo objetivo, garantizar el sustento del Medio Ambiente. Es fácil dejarse llevar por la urgencia del hambre y la enfermedad, pero sin educación, igualdad y crecimiento sostenibles estaríamos en un círculo vicioso de miseria eterno.

Por eso es vital que en el próximo encuentro de RÍO+20 y en otros encuentros supranacionales se tenga en cuenta informes como el de la propia ONU en el que se alerta de que dejar de lado los efectos del cambio climático y el crecimiento industrial insostenible retrasará la consecución del resto de objetivos. La pobreza volverá a ser extrema ante la vulnerabilidad de la población en los desatres naturales, la falta de justicia social ante las catástrofes medioambientales como la de Shell en África y el saqueo sin disimulo de las multinacionales por encima de los Derechos Humanos y las minorías.